Cap 10

-Selis, Runzo, tenéis que combatir en nuestras filas. – dijo con firmeza Cinza.

-Sí. – respondieron Runzo y Selis.

-¿Dónde están los renacuajos? – Preguntó Sasco de mal humor.

-Por ahí. – respondió Runzo con indiferencia.

Sasco: ¬¬ La Mestiza no estará con Kin, ¿verdad?

- No lo sabemos, mi señor. – respondió amablemente Selis, aunque se estaba empezando a enfadar.

- Bueno, procurad que no estén juntos…

-Sí. *No. -.-*

Diario de Kayrah:

Kin y yo fuimos directos a la sala donde se supone que estaban Los Tres de Sunkian, de donde salieron mis padres y nos dijeron que no hacía falta que yo ni ninguno de mis hermanos hablara con ellos.

-Bueno… ¿Y ahora qué hacemos? – pregunté.

-No lo sé. ¡Ya sé! Ven esta noche al estanque que hay fuera.

- ¿Eh? ¿P-para qué?

-Tú ven. – me dijo con una gran sonrisa.

-V-Vale…

Estuve el resto del día con mis hermanas. Después bajé al estanque. Kin me esperaba sentado.

-Hola. – me dijo.

-Hola…

-Mira. – me cogió de la mano y me sentó en el borde del estanque.

Al poco tiempo, algo empezó a moverse en las flores. Algo salió de allí y empezó a volar. Ese algo se iluminó con una luz extraña y descubrí que eran mariposas de colores muy bonitos. Las mariposas empezaron a soltar unos polvos y la sensación que transmitía era mágica.

-¿Qué…? – pude decir.

-Mariposas de la Noche, son preciosas, ¿verdad?

-Sí… - de repente me di cuenta de que todo esto era muy raro. - ¿Por qué me las enseñas?

-Porque tú me enseñaste aquella puesta de sol.

-Ah… Sí.

Diario de Kin:

Pero que mentiroso soy, en realidad solo quería verla contenta, ver su cara (ahora está siempre en su forma de ninfa, que conste) convertirse en la cara más bonita que había visto, solo por su sonrisa. Ojalá pudiera estar con ella… Ojalá…